martes, 19 de noviembre de 2024

 Las monjas Clarisas se despiden de El Toboso.

Badajoz, Salamanca y Segovia, el nuevo destino para las monjas tras más de quinientos años de vida monástica en la Patria de Dulcinea.

EL TOBOSO / 19 NOV InfoParroquia.- El pasado domingo 17 de noviembre, la Parroquia “San Antonio Abad” de El Toboso (Toledo) vivió una jornada histórica, aunque marcadamente triste y desalentadora entre todos los fieles y habitantes de este pueblo. Con una misa de acción de gracias, celebrada en la iglesia del Convento de la Concepción y San Benito, la Parroquia despidió a las hermanas pobres de la Orden monástica de Santa Clara, «las clarisas».

Aunque una hora antes la iglesia conventual se llenó abarrotadamente de fieles, bienhechores y amigos del convento, la celebración de la eucaristía comenzó a las 17.00 horas de la tarde y estuvo presidida por el Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves. Era la primera vez que el Obispo diocesano visitaba tanto el convento como el pueblo desde que tomó posesión de la diócesis primada, el 29 de febrero de 2020. Pero su visita tuvo que acortarse, dado que tenía que marcharse muy rápido «para llegar al Seminario y presidir el rezo de vísperas debido a que en este domingo también celebramos la jornada mundial de los pobres y quiero bendecir una placa de la madre Teresa de Calcuta», anunció el Obispo.

Junto con el Arzobispo concelebraron en la Misa el pro-vicario general y vicario episcopal para la vida consagrada, D. Raúl Muelas; el vicario episcopal para la Mancha y párroco de Villacañas, D. Luis Lucendo, quien además tiene raíces toboseñas; el arcipreste y párroco de Quintanar de la Orden, D. Ángel Manuel Salazar; el párroco de El Toboso, y hasta ahora capellán de las Clarisas, D. Juan Miguel Romeralo Santiago; y los sacerdotes naturales de El Toboso D. Juan Antonio Collado, que está de párroco en Quero, y D. José Benito Gallego, perteneciente a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.

Por parte de la orden franciscana también concelebraron el P. Fr. Miguel Álvarez, de la fraternidad de Alcázar de San Juan (Ciudad Real); los padres Fr. Amancio Pérez, Fr. Juan Pedro Ortega y Fr. Jose Luis Criado, de la fraternidad de Alcorcón (Madrid); y el P. Fr. José Méndez, religioso de la tercera orden regular en Quintanar de la Orden (Toledo).

Gratitud. Humildad. Confianza.

En su homilía, y tras una breve presentación, don Francisco exhortó a los presentes con estas tres ideas. Gratitud, «por los años que la comunidad de clarisas ha permanecido en El Toboso desde que se fundara, allá por el año 1515, primero como beaterio franciscano. Y esta gratitud se expresa en la cantidad de religiosas que han pasado por este monasterio y la ofrenda de su vida según el carisma de Francisco y Clara de Asís».

«Humildad, para aceptar la realidad de los acontecimientos que sin duda representan una pérdida para todos […] Pues es importante que haya vida religiosa en los pueblos y valorar a las monjas, no por lo que hacen puesto que otras personas lo pueden hacer, sino por lo que ellas son».

Finalmente, confianza. En este sentido, el Obispo citó varios versículos de la Biblia donde se expresa la confianza en Dios animando a todos los presentes a seguir confiando en los designios y voluntad que Él tiene […] pues «a estas hermanas nuestras no les decimos hoy un adiós definitivo, sino un hasta luego con la esperanza y la confianza de que vuelvan pronto a ocupar este monasterio de fraternidad y oración, lugar desde donde tanto bien hacen a todos».

La liturgia musical de la Misa estuvo a cargo del Coro Parroquial que interpretó sentidamente algunos cantos franciscanos; y al órgano el maestro D. Carlos María Labarta, de la escolanía del Valle de los Caídos (Madrid) y amigo de la comunidad de clarisas.

Paz y Bien.

Tras la bendición final del Obispo fue el turno de intervenciones para los agradecimientos. Sor María Isabel Zabala, de la comunidad de Clarisas de El Toboso, fue la primera en hablar. Junto a ella, el resto de sus hermanas Sor Blanca Lila, Sor María Dolores y Sor María Rosario, quienes estaban acompañadas de la Madre María Teresa Domínguez, Madre Ana María Theruvikkal y Madre Magdalena Hernández, las tres superioras de los conventos de Badajoz, El Zarzoso (Salamanca) y Rapariegos (Segovia) donde irán las monjas toboseñas a partir del próximo 30 de noviembre, día en el que se cerrará el convento.

Sor María Isabel comenzó con el saludo franciscano de Paz y Bien. Después continuó: «Queridos hermanos y hermanas del Toboso, a nosotras, vuestras hermanas clarisas, nos toca hoy despedirnos de este pueblo que hemos acompañado durante más de quinientos años, esta ha sido nuestra casa y vosotros, nuestra familia.

Aunque sabemos que nuestro Padre Dios nos ha dado a todos los hombres como familia y al mundo como casa, sin depender del lugar donde estemos, tantos años de convivencia entre vosotros compartiendo penas y alegrías, momentos felices y otros no tanto, ha hecho que el arraigo en este lugar y entre sus gentes ocupe en nuestros corazones un espacio singular.

Aunque humanamente nos duela separarnos de vosotros y dejar este convento, damos este paso con paz sabiendo que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que aman y que lo importante es hacer su voluntad.

La situación que estábamos viviendo en los últimos años ha sido muy precaria, entre otras cosas porque las hermanas mayores han ido marchando a la Casa del Padre y las nuevas vocaciones no llegaron. Es esto lo que nos lleva a tomar esta dura decisión, no sin antes, haber buscado otros medios, y haber luchado por mantener la presencia del carisma franciscano-clariano en este lugar.

Queremos agradecer, a todos, los presentes y los ausentes, todas las muestras de cariño que hemos recibido siempre de vosotros, vuestras atenciones, oraciones, generosidad, vuestro compartir la fe a través de las distintas celebraciones que hemos vivido juntos en esta capilla, la asistencia espiritual que nunca nos ha faltado, ni durante la COVID; tantos y tantos detalles y cuidados con nosotras que han hecho posible llegar a este momento con gratitud y esperanza.

Agradecemos también a la fraternidad de “Santa Ana” de Badajoz, a la fraternidad de la “InmaculadaConcepción” de Rapariegos (Segovia), y a las hermanas del monasterio “Nuestra Señora dePorta Coeli” en el Zarzoso (Salamanca), el abrirnos las puertas de sus monasterios y acogernos con tanta generosidad y cariño fraterno. Su saber estar entre nosotras con misericordia, paciencia y mucho amor, nos hacen más llevadero este tránsito.

No dejéis de orar por cada una de nosotras, pues, aunque damos este paso con la certeza que el Señor está con nosotras y nos acompaña en el camino y con la confianza de que nada nos ha de faltar, somos conscientes que empezar de nuevo no es nada fácil.

Por nuestra, parte podéis estar seguros que os seguiremos acompañando con nuestra oración de intercesión, nuestra misión como religiosas contemplativas nos lleva a “hacer nuestros los gozos y los sufrimientos de los hombres de nuestros días, a sostener, como dice nuestra madre Santa Clara, los miembros vacilantes de la Iglesia”, y ahí estáis cada uno de vosotros. No lo dudéis.

De nuevo, gracias, muchas gracias. Gracias por saber estar ahí, junto a nosotras, a lo largo de estos más de quinientos años de presencia consagrada contemplativa.

Que María nuestra Madre, nos acompañe a todos en nuestro caminar hacia la Tierra Prometida. Hasta siempre».

Espontáneamente, un resonante aplauso acompañó a estas sentidas palabras que provocaron el llano de todos los presentes en la pequeña iglesia conventual. Y el Obispo obsequió a las hermanas con algunos de sus libros. Acto seguido, tomaron la palabra la responsable de la Tercera Orden Seglar en El Toboso, doña Antonia Cano que, muy emocionada, se despidió con un «¡os echaremos de menos!», y Margarita María Rosa Gómez, quien compuso unos versos para este momento de despedida.

«Nosotros confiaremos».

La última intervención fue de la Alcaldesa de El Toboso, doña Pilar Arinero Gómez, quien tras saludar al Arzobispo, sacerdotes concelebrantes, religiosas clarisas, coro y vecinos allí reunidos, comenzó sus palabras diciendo: «No sabía si sería oportuno tomar hoy la palabra, pero en parte lo veía necesario. Bien es cierto que lo que puedo decir es sabido por las hermanas y por todos los que hoy estamos aquí.

He de manifestar, en mi nombre y en nombre de todo el pueblo al que represento, el profundo cariño que les tenemos y el agradecimiento por toda la labor religiosa que han desarrollado desde hace más de 500 años.

Con su labor callada y con sus oraciones, nos han mantenido como pueblo y nos han permitido estar un poco más cerca del Señor.

Esta comunidad, y no me refiero solo a la edificación, sino a la parte humana; me refiero a estas religiosas que han pasado por aquí durante todos los años de su existencia. A las primeras fundadoras. A las que se encargaron de su reconstrucción después de la guerra civil, que se mantuvieron firmes en la fe a pesar de los episodios tristes y violentos de nuestra historia. Y a estas últimas que con tristeza hoy se despiden, pero a la vez con resignación y con alegría de cumplir la misión encomendada.

Esta Comunidad, como decía, ha sido un pilar fuerte y un ejemplo de perseverancia y vocación y fe para todos. Han sido a veces también esa palabra reconfortante, especialmente de la madre Sor María Dolores, como es en mi caso, que te empujaba en momentos difíciles.

Han sido una institución para este pueblo y también para todos los de alrededor. A la misa de abajo, como también era conocida, acudía gente de todo el pueblo, no solo los vecinos más cercanos. Además de numerosas personas de Miguel Esteban, Quintanar, y de otros pueblos.

Sus pelusas y demás dulces han sido un referente también y un recurso turístico que hacía que muchas personas, a la vuelta a su lugar de origen, guardasen ese recuerdo dulce y santo de su visita a El Toboso.

El que esta Comunidad de Hermanas Clarisas o “Franciscanas”, como aquí también las hemos llamado, se cierre, supone una amputación en el cuerpo que forma El Toboso y como tal la hemos sentido todos los vecinos de este pequeño pueblo.

Debemos comprender que, dentro de la Iglesia, como en cualquier otro organismo, hay un protocolo y unas normas básicas de funcionamiento, que desde fuera a veces no se entienden. A eso se suma la falta de vocaciones religiosas y más aún de clausura.

Para nosotros va a suponer una gran pérdida. Las hermanas son conocedoras de nuestra pena y descontento, y entendemos que el Sr. Arzobispo también lo entenderá. Pero, si no ha habido otra posibilidad para mantener el convento abierto, lo aceptamos sin más, con humildad.

La hermana más mayor me decía el otro día, que “ellas han sido muy felices aquí, se han sentido queridas y comprendidas por todo el pueblo, que hasta el último momento les está dando muestras de cariño”. Llegó con 16 años y se marcha a otro convento, en Segovia, con 97 años, junto con la hermana Sor María Dolores, superiora durante los últimos años. Pero saben que tienen que cumplir la misión que Dios ha dispuesto para ellas ahora.

Isabel y Blanca Lila, más jóvenes, las han cuidado y procurado todo el bienestar posible, pero es verdad que también tienen que poder vivir su vocación religiosa de oración en otras comunidades. Las echaremos de menos verlas corriendillo por la calle para hacer rápido los recados.

Ellas aceptan con ilusión renovada lo que Dios ha dispuesto para ellas y para la comunidad franciscana. Nosotros también debemos hacerlo, aunque esperamos que el Sr. Arzobispo no se olvide de El Toboso, y que no muy tarde este monasterio vuelva a llenarse con alguna Comunidad que también nos contagie su espiritualidad, y que así el edificio pueda seguir manteniéndose en excelente estado como hasta ahora.

Una parte de nosotros se va, pero siempre tendremos el recuerdo y la enseñanza de “nuestras Monjitas”.

Hermanas, nunca os olvidaremos. Siempre estaréis en la memoria de este pueblo, y en nuestros corazones.

Sr. Arzobispo D. Francisco, muchas gracias por su visita y sus atenciones, y no nos olvide nunca en sus oraciones. Como nos ha indicado: ¡Nosotros confiaremos!»

Y mientras los asistentes aplaudían, la Alcaldesa entregó un recuerdo a cada una de las monjas que han vivido en El Toboso. Después, saludó al Obispo.

Finalmente, D. Francisco accedió al coro del monasterio para saludar, una por una, a las religiosas clarisas. Entre tanto, una de ellas, parafraseando el evangelio de san Juan y al ser la primera vez que el Arzobispo visitaba el convento, dijo lo que Marta a Jesús: «Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto» (cfr. Jn 11,21), a lo que el prelado respondió: «pero yo no soy Jesús». E inmortalizaron este momento con una foto.

Por su parte, todos los fieles, bienhechores y amigos del convento, que habían participado en esta Misa de acción de acción de gracias, acudieron en masa hasta la reja del coro para despedirse de «nuestras Monjitas», como había dictado, minutos antes, la regidora de la Patria de Dulcinea.

Breve recorrido histórico.

Los orígenes del convento de la Inmaculada Concepción y San Benito se remontan hacia 1515, época en la que existió en El Toboso, junto a la antigua ermita de San Benito, una casa de beatas o ermitorio donde vivieron primeramente tres religiosas que vestían de pardo, eran de la Orden de San Francisco y profesaban los tres votos sustanciales de pobreza, obediencia y castidad. Tenían dada su obediencia al P. Guardián de S. Francisco de Belmonte y vivían bajo su regla y sujeción. Más tarde, en el año 1546, fue convertido y fundado como “cenobio franciscano” por Don Antón Martínez, clérigo natural de esta Villa. Por esta época también se le denominaba como “convento de La Sentencia”

En las Relaciones de Felipe II, del año 1575, ya se menciona este lugar como monasterio de beatas, sujeto a la Orden de San Francisco, llamado de La Sentencia, dedicado a la Concepción de Nuestra Señora. En este año cuenta con 13 religiosas y son obedientes al prior del Monasterio de Uclés.

A partir de 1589 es considerado como convento pues contaba 20 o 30 religiosas. Y en el año 1604 en este convento de la Concepción aumentó el número a 32 monjas, las cuales profesaron solemnemente la Regla Tercera Regular de San Francisco. En 1635 el Papa León X aprobó las Constituciones.

La primitiva iglesia del convento se levantó hacia el 1670; era pequeña, sin particularidad ninguna. Artísticamente, el antiguo edificio, que sufrió las consecuencias de las desamortizaciones y la odisea de la contienda civil española de principios del siglo XX, fue siempre un convento pobre del que apenas nos han quedado vestigios importantes.

En julio de 1936 las monjas fueron expulsadas del convento y el edificio, infamemente expoliado, quedó en estado de ruina total. Terminada la guerra, las religiosas regresaron a El Toboso en 1941, después de haber pasado por Madrid y Alcalá de los Gazules (Cádiz) durante los años que duró la contienda civil. Instaladas de nuevo, en medio de aquellas ruinas, comenzaron la reconstrucción de la comunidad.

«Habiendo desaparecido del convento incluso la Regla y Constituciones que en su tiempo había redactado la misma comunidad y que estaban debidamente aprobadas por el Papa León X, en el año 1635, y ante el gran beneficio recibido de Dios nuestro Señor de habernos devuelto al convento sanas y salvas a toda la comunidad, se pensó en dar un paso hacia adelante en el camino del sacrificio y austeridad abrazando la Primera Regla de Santa Clara […] Así, la comunidad elevó a la Sagrada Congregación de Religiosos de Roma la necesaria solicitud para efectuar el paso de la Tercera Orden Regular a la Segunda Orden de Santa Clara. Obtenido este, el 2 de julio de 1943, festividad del Sagrado Corazón de Jesús, fecha de grato e inolvidable recuerdo, la comunidad sintió una de las mayores satisfacciones de su historia al hacer y pronunciar la solemne Profesión de la Primera Regla de Santa Clara, ante el presbítero y Licenciado Don José María Sanchez-Esquinas, capellán de la Armada. Actuaron como padrinos en tan feliz acontecimiento los piadosos esposos Don Antonio Ludeña y Doña Joaquina Yébenes».

El 25 de marzo del año 1958, la comunidad vuelve a elevar a la Santa Sede un Oficio suplicando el necesario permiso para que este monasterio de El toboso sea admitido como miembro de la Federación de Religiosas Clarisas de la Provincia Castellana de San Gregorio Magno. «Y el día 3 de septiembre de 1958, nos comunica la Reverenda Madre Guadalupe Epelde, Presidenta, que ya estamos insertadas en la Federación».

Después de todos estos acontecimientos, fue igualmente necesario emprender una gran reforma de todo el edificio. Las obras de reconstrucción comenzaron en 1969 y concluyeron el 13 de enero de 1976. «Para este día, la comunidad invitó al Señor Cardenal Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Marcelo González Martín para que viniera a bendecir el Convento, la Iglesia, que necesitó obras de reedificación desde sus cimientos, y consagrar el nuevo Altar», que están tal y como lo vemos actualmente.

En los últimos años de vida del convento, dada la escasez de nuevas vocaciones, las Clarisas de El Toboso se han visto obligadas a estar afiliadas a otras fraternidades de la misma Orden. Pero desde finales del año 2022, canónicamente pertenecen a la comunidad de clarisas de Santa Ana de Badajoz, monasterio que se ha hecho cargo del convento toboseño y a donde irán, a partir del 30 de noviembre, algunas hermanas de la actual comunidad que cierra.

FOTOS:

© InfoParroquia EL TOBOSO, 2024

001.- La comunidad de clarisas de El Toboso junto al Arzobispo, Mons. Francisco Cerro, y el vicario episcopal para La Mancha, D. Luis Lucendo.

002.- Diversos momentos de la Misa de acción de gracias en la iglesia conventual de las Clarisas de El Toboso.

003.- La comunidad de hermanas y la Madre María Teresa Domínguez, de la comunidad de “Santa Ana” de Badajoz, quien ha ejercido de abadesa durante estos años.

004.- Algunas intervenciones al finalizar la Misa.

005.- Momentos finales de la Eucaristía del pasado domingo, 17 de noviembre de 2024.

006.- Vidrieras e imagen de Cristo crucificado. Iglesia conventual de las Clarisas.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Nueva web y blog www.eltobosoparroquia.es

Nueva Web y Blog de Noticias

A partir del mes de Agosto de 2016 entró en funcionamiento la nueva Web y Blog de Noticias de la Agencia InfoParroquia EL TOBOSO de la Parroquia San Antonio Abad de El Toboso (Toledo), website desde donde se irán ofreciendo, de forma oficial a partir de 2017, todas las noticias de la parroquia toboseña en sus tres canales: prensa digital, radio digital y televisión digital. Muchas gracias por seguirnos.



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© InfoParroquia EL TOBOSO, 2016


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miércoles, 11 de mayo de 2016

Fiestas y Tradiciones

¿Qué son «los Oficios y Oferentes» de El Toboso?

Devoción, sentimiento, promesa, agradecimiento, compromiso, penitencia, tradición, fe, arrepentimiento … son el racimo de expresiones más usadas entre la multitud de toboseños que un día fueron, hoy son, y siempre serán «los Oferentes del Santísimo Cristo de la Humildad», patrón de la villa de El Toboso (Toledo).


EL TOBOSO / 11 MAY ■ InfoParroquia.- Cada vez que la imagen del Santo Cristo de El Toboso sale de su ermita en las dos veces que lo hace a lo largo del año, siempre va acompañado de un tropel de fieles y devotos suyos portando una serie de insignias popularmente llamadas «oficios».

Un oficio se compone de una bandera, una jineta y un farol. Y a quienes lo llevan se les denomina «oferentes». Así, «un oferente es aquella persona, o grupo de personas, que por su devoción y piedad al Santísimo Cristo ostenta por un año un oficio del que se hace cargo y custodia con especial cuidado en su hogar». Es una forma pública de vivir más apegados a esta Sagrada y Bendita Imagen que tantos corazones remueve.


Para poder ser oferente del Cristo y suplicar un oficio es obligatorio apuntarse a una larga lista que coordina su Hermandad. Son muchas las personas, incluso familias o grupos de amigos, que por distintos y variados motivos sienten la necesidad de «agradecerle» beneficios o gracias especiales recibidas solicitando la adquisición de un oficio. La tardanza en obtener este estímulo oscila entre ocho y diez años y la posesión del mismo es de un año cuyo inicio y finalización se da cada Pascua de Pentecostés, entre los meses de mayo y junio, en el transcurso de las fiestas patronales de El Toboso a las que también se las apellida como «Pascua de Mayo», por coincidir siempre con la Pascua de Pentecostés.

Familia Carreño –Valdepeñas

InfoParroquia EL TOBOSO ha visitado a esta familia cuyos miembros ostentan en este 2016 cinco oficios. Los hermanos Milagros, Ángela María, Ángel, Antonia y Juan están disfrutado de un oficio cada uno y sus respectivas familias durante todo este año. Lo tomaron la noche de Pentecostés de 2015, un 24 de mayo, y será el próximo 15 de mayo cuando tengan que entregar estas insignias a otros oferentes. Pero lo que hace más especial este asunto es que estos cinco oficios se suman al «oficio permanente o vitalicio» que sus padres, Juan Carreño Ortega y Leona Valdepeñas Rioja, tienen y gozan desde 1973.

Fue Juan, en 1972, el que por primera vez sintió y vivió la posesión de un oficio de manera muy especial e íntima. Al año siguiente y junto a su mujer, confeccionó una bandera, una jineta y un farol para sumarse a los diez oficios existentes aquel año. Desde entonces y mediante un acuerdo con la Junta de Gobierno de la Hermandad del Santísimo Cristo de El Toboso, Juan y Leona han sido oferentes durante más de cuarenta años ininterrumpidamente.

A la muerte de Juan, en julio de 2002, Leona continuó con la heredad de este oficio que ostenta cada Pascua de Mayo, acompañada de sus hijos. Pero es en este 2016 y por primera vez en la historia de esta familia, cuando todos sus miembros están gozando del alarde de tener un oficio cada uno y ser todos juntos y al mismo tiempo «oferentes del Santo Cristo».


«Principalmente es un sentimiento de agradecimiento y devoción, una ofrenda que cada uno quiere hacer al Santísimo Cristo. Así lo he vivido siempre en casa de mis padres», argumenta Antonia Carreño Valdepeñas, quien además ya vivió la experiencia de tener un oficio en 2012 junto a su marido e hijos y que ahora vuelve a sentirla al lado de su madre, hermanos y hermanas. «Pero también es una responsabilidad pues ser oferente conlleva unos compromisos de convivencia con los oferentes de cada año y de colaborar en el sostenimiento de esta devoción hacia nuestro patrón y la fiesta que en estos días de la Pascua de Mayo se organiza en torno a Él, tanto a nivel espiritual como popular. No es ser ni mejor ni peor, simplemente es un acto de devoción muy íntimo y especial. No hay palabras para explicarlo. Es un sentimiento muy hermoso que tiene su culmen cuando te acercas a la Imagen de nuestro Cristo y delante de Él depositas tu ofrenda la tarde del domingo de Pentecostés. Ahí afloran y salen todas las emociones. Y lloras».


Dada su experiencia y vivencia de esta fiesta por diversos motivos, pues su hija fue también «dama del Cristo», Antonia nos explica que «cada vez que el Cristo sale de su ermita para ir a la Iglesia Parroquial va acompañado de todos los oferentes, además de su Hermandad y fieles. Actualmente hay 15 oficios y cada oficio se compone de una jineta y farol, que van al lado de la carroza del Cristo, y la bandera que, sin dejar de bailarla, camina cara al Cristo y de espaldas a la gente durante todos los trayectos de la procesión, ya sea en la calle como dentro de la Iglesia». También, «los oferentes nos hacemos cargo de la “ranra”, que es la invitación que se ofrece a todo el pueblo tras los actos religiosos en los días grandes de la Pascua de Mayo; o sea, el 14 y 15 de mayo de este año. Esto implica que cada oferente que tiene un oficio hace una aportación de 400,00 euros para cubrir los gastos que conlleva “la ranra”. Además, hacemos una aportación de 250,00 euros cada oficio como donativo a la Hermandad del Cristo […] Pero lo importante es vivirlo con fe y devoción», nos dice.

Bandera, jineta y farol

Hablar de un «Oficio» es hacer referencia a las insignias que lo componen, que son tres: la bandera, confeccionada a base de telas adamascadas de color púrpura en referencia al manto que le fue colocado a Jesús en su pasión (Jn 19,2); la jineta, una especia de centro o báculo guía coronado con la imagen del Santísimo Cristo de la Humildad; y el farol, una luminaria en forma de cilindro con paredes de vidrio y en cuyo interior se coloca una luz. Y estas tres insignias se exhiben en cada salida procesional del Cristo, tanto en las de Semana Santa como en las fiestas patronales de la Pascua de Mayo, así como en otras salidas extraordinarias que acuerde la Junta de Gobierno de su Hermandad.



Los oferentes asisten con estas insignias a todos los actos litúrgicos y religiosos en honor al patrón de El Toboso, aunque «el momento de mayor esplendor se concentran en las procesiones en donde un largo venero de 15 banderas ondean sin parar a base el pulso y ritmo de los oferentes que las menean cara al Cristo y caminando de espaldas a la gente», concluye Antonia.

Historia

«Aunque esta tradición de "los oficios y oferentes del Cristo de El Toboso" se extiende de forma inmemorial en el tiempo, puesto que ha pasado de padres a hijos, a día de hoy no gozamos de datos precisos que señalen el origen de esta usanza en las fiestas patronales toboseñas […] Ni tampoco del origen de las insignias. No obstante, sí hemos encontrado en el fondo documental del Archivo Histórico de la Parroquia de El Toboso algunos datos aproximativos que dan pie a pensar de dónde nació este concepto de “oferentes”», nos señala D. Juan Miguel Romeralo Santiago, párroco de la localidad y predicador el solemne quinario de este 2016, Año de la Misericordia.


Entre los libros de cuentas de las Hermandades y Cofradías que antiguamente existieron en la Parroquia está el de la Cofradía de Jesús de la Humildad, de mitad del siglo XVIII. En su interior ya aparecen mencionados las aportaciones de unos tales «oficiales» que venían a ser como los encargados o responsables de conseguir todo lo necesario para la fiesta del titular, especialmente «lo que después se repartía entre los pobres y necesitados de la villa para que tuvieran qué comer en estos días solemnes de la Pascua de Pentecostés». Todo hace pensar que de estos «oficiales» se evolucionó al término de «oferentes» que a día de hoy vienen siendo los encargados de agasajar al pueblo en los mismos días festivos por medio de lo que en El Toboso se conoce como “la ranra”, una invitación popular a base de zurra manchega, frutos secos entre los que destacan los garbanzos tostados, y otros productos típicos.

FOTO:

© tuvidaenfoto, 2016

© Navatobo, 2014

© Pepeltoboso, 2012

001.- Imágenes extraídas del spot tv «Cristo de la Humildad 2016 El Toboso»

002-004.- Oferentes y sus familias.

005-006.- Grupo de Oferentes y Antonia Carreño con su marido en 2012.

007.- Procesión.

008-011.- Banderas.

012.- Antigua jineta.

martes, 10 de mayo de 2016

Pascua de Mayo 2016

Humildad 2016

Mensaje y Saluda del Párroco de El Toboso, Rvdo. D. Juan Miguel Romeralo Santiago, con motivo de las Fiestas Patronales del Santísimo Cristo de la Humildad en el contexto del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia.


EL TOBOSO / 10 MAY ■ InfoParroquia.- Con la cita bíblica de un salmo, «Espero compasión, y no la hay; nadie me consuela» (Ps 69, 21b), el Párroco de la Parroquia San Antonio Abada de El Toboso (Toledo) inicia su mensaje y saluda que, como cada año, dirige a todos los fieles y devotos del Cristo de la Humildad que estos días se acercarán hasta su Sagrada Imagen en estas fiestas de la Pascua de Mayo 2016.

Saluda del Párroco

“Espero compasión, y no la hay; nadie me consuela” Ps. 69, 21b
           
No es fácil encontrar en los Santos Evangelios pasajes en los que encontremos al Señor quejándose o lamentándose por el modo de tratarle. Es verdad que en alguna ocasión se le escapa algún lamento que más parece un suspiro de tristeza que rebosa del corazón que una queja propiamente dicha; como en aquel atardecer volviendo su mirada sobre la Jerusalén deicida (Mt 23,37 y Lc 13, 34) o tras la curación de los diez leprosos en las puertas de aquella aldea que el evangelista por caridad omite identificar (Lc 17, 17). 

Donde es tarea inútil buscar un lamento en sentido estricto es en los relatos de su pasión y muerte. No son momentos de que alce la voz la queja sino el amor del Corazón. El amor, cuando es verdadero y no una simple caricatura de este, sofoca cualquier conato de queja que pueda dar la sensación de que el resentimiento es el motor del actuar. En el corazón del que realmente ama no se encuentra otra fuerza motriz que la Caridad que define la esencia de Dios.

En este Año Santo de la Misericordia que iniciaba el Santo Padre en la pasada fiesta de la Inmaculada Concepción de María se nos invita a mirar las necesidades de los demás desde esa mirada del corazón y a poner aceite y vino en esas miserias a ejemplo del Samaritano bueno de la parábola (Lc 10, 25-37). Esa doble vertiente de la práctica de las obras de misericordia (corporales y espirituales) es diáfana para nuestra alma. Lo que quizás no sea tan nítido es que el prójimo más cercano, más notable, más indigente tiene unas constantes heridas en su cuerpo que no terminan de cicatrizar y a las que apenas prestamos ni atención ni consuelo.

Jesús de Nazaret al que en El Toboso llamáis ampulosamente Cristo de la Humildad en más de una ocasión tiene que volver su oración al Padre utilizando el salmo 69: “estoy agotado de gritar...más que los pelos de mi cabeza son los que me odian sin motivo...soy un extranjero en mi pueblo...me consumo por defender tu templo...espero compasión (de los míos) y no la encuentro...”.

Estos días de la Pascua de Mayo quizás sean una buena ocasión para ejercitar la misericordia precisamente con el “Divino Necesitado”, con el que abre su Corazón y reparte los tesoros que en Él se encuentran a manos llenas.

Rvd. D. Juan Miguel Romeralo Santiago
Cura Párroco

FOTO:

© tuvidaenfoto, 2016

001.- Imagen extraída del spot tv «Cristo de la Humildad 2016 El Toboso»

Fiestas y Tradiciones

Intensa y festiva «Pascua de Mayo» en El Toboso

Tras la fiesta de San Isidro Labrador y las Primeras Comuniones, este fin de semana de Pentecostés, 14 y 15 de mayo, la Patria de Dulcinea honra solemnemente a su patrón, el Santísimo Cristo de la Humildad. Después vendrán las fiestas de la Trinidad y Corpus Christi que completarán el mes más festero de El Toboso (Toledo).


EL TOBOSO / 10 MAY ■ InfoParroquia.- Si cupiese algún resquicio de duda en saber si la localidad quijotesca de El Toboso (Toledo) es uno de los pueblos más festivos de toda la mancha baja o toledana, simplemente habría que recorrer sus calles durante estos cuatros fines de semana del mes florido de mayo para comprobar que ciertamente lo es. Y lo está siendo porque a partir del pasado fin de semana pasado se están sucediendo consecutivamente un venero de fiestas importantes que, comenzando con las de los agricultores, 7 de mayo, y siguiendo con las patronales, también conocidas como «la pascua de mayo», del 8 al 15 de mayo, el mes se completará con las de la Santísima Trinidad, 22 de mayo, y Corpus Christi, el 29 de mayo. Sin duda un buen motivo para conocer El Toboso en su más pura esencia.

San Isidro Labrador

Tras la celebración de las XXV Jornadas Cervantinas que concluyeron el domingo 1 de mayo, El Toboso volvió a vestirse de fiesta con la Romería de San Isidro Labrador que por razones de calendario festero local, se celebró de forma anticipada a su fecha habitual. Así, del 4 al 6 de mayo pasado, se celebró el triduo de preparación a la fiesta y al término de la Misa del viernes día 6, víspera de San Isidro de El Toboso, tuvo lugar la Procesión de traslado del Santo Patrón de los agricultores desde la Parroquia hasta su ermita.

Al día siguiente, 7 de mayo, a las 12:00 horas se celebró la Santa Misa en el paraje donde se ubica la ermita del santo con la posterior Procesión y Bendición de campos. Al término del oficio religioso tuvo lugar el acto de homenaje y agradecimiento con el que la Hermandad de San Isidro de El Toboso resalta año tras año la labor de un agricultor toboseño y que este año recayó en D. Tomás Martínez Muñoz, quien estuvo acompañado de su esposa, Dña. Concepción Jiménez Lucendo y toda su familia, además de la Junta Directiva de la Hermandad y el Párroco.


Seguidamente, el domingo 8 de mayo la Parroquia San Antonio Abad celebró la solemnidad de la Ascensión haciendo coincidir la celebración de la Primera Comunión de los niños y niñas que durante todo este curso se han ido preparando en la catequesis parroquial.

«Pascua de Mayo»

Ese mismo domingo 8 de mayo, por la tarde y en el intermedio de una copiosa lluvia que estuvo todo el día regando los campos toboseños, dieron inicio las fiestas más solemnes de El Toboso con la procesión de bajada desde su ermita hasta la Iglesia Parroquial de la venerada imagen del Santísimo Cristo de la Humildad, patrón de la villa manchega. 


El arranque de fiestas comenzó con la imposición de bandas a Inmaculada Carreño Muñoz, Andrea Villalgordo Martínez y María de la Sierra Martínez Castro, tres jóvenes toboseñas que en este 2016 serán «las damas del Cristo». Una vez concluido este sencillo acto, comenzó la procesión en la que también participaron los niños y niñas que por la mañana habían comulgado por primera vez en la Parroquia.

Cultos Religiosos

Del 9 al 13 de mayo, a las 20:30 horas de la tarde, se celebrará un solemne quinario de preparación a esta solemnidad con la celebración de la Santa Misa, ejercicio de piedad y la predicación, que en este Año Jubilar de la Misericordia correrá a cargo del párroco de la localidad, Rvdo. D. Juan Miguel Romeralo Santiago.


A mitad del quinario, los días 10 y 11 de mayo será la «Pascua del Enfermo», momento en que los enfermos e impedidos de la Parroquia son llevados hasta los pies de la sagrada imagen del Santísimo Cristo de la Humildad para ser ungidos con el Santo Óleo de los enfermos, en una celebración comunitaria del sacramento, y bendecidos con el Santísimo Sacramento que recorrerá procesionalmente las naves y capillas del interior de la seo toboseña la tarde del 10 de mayo, a partir de las 18:00 horas.

El día grande de la Pascua de Mayo 2016 será el sábado 14 de mayo que comenzará con una Solemne Eucaristía a las 11:30 horas de la mañana y en cuya parte musical intervendrá la Coral Morales de Nieva. En el transcurso de la celebración religiosa serán homenajeados, por su devoción y piedad al Santísimo Cristo, los matrimonios Rufino Carreño Ortega y Remedios-Martínez Santos Torrillas, y Manuel Carreño Ortega y Facunda Carreño Leo, dos familias fuertemente destacadas por vivir muy volcadas y mantener este fervor al patrón de El Toboso. Y por la tarde será el Ofertorio, a las 19:00 horas, la Vigilia de Pentecostés en el Monasterio de Trinitarias, a las 20:30 horas, y la Magna Procesión del Cristo, a las 22:00 horas, en donde una vez más el Santo Cristo irá escoltado por las jinetas y faroles así como la brisa orante que provocan el danzar de las banderas con que los oferentes muestran respeto y devoción durante toda la carrera procesional.


El Domingo de Pentecostés, 15 de mayo, se celebrará la Misa Solemne a las 11:00 horas de la mañana, con la participación del Coro Parroquial. A las 18:00 horas de la tarde se iniciará el Ofertorio y a las 22:00 horas será la emocionante Entrada de Oferentes, Bandera y Damas para expresar su devoción y acción gracias al Santísimo Cristo de la Humildad, imagen que después recorrerá por última vez y procesionalmente las naves del flamante templo parroquial de El Toboso acompañado de su Hermandad hasta que, pasada la media noche, sea devuelto a su ermita en una nueva procesión. Y será en este desfile de subida donde se dé curso al acto de despedida y entrada de los nuevos oferentes, encargados de la fiesta de 2017.

El 28 de mayo, como parte última de este programa religioso de fiestas, se celebrará una Eucaristía aplicada por todos los fieles y devotos difuntos de la Hermandad del Santísimo Cristo.

Programa

Además de la parte religiosa, la renovada Junta de Gobierno de la Hermandad del Patrón de El Toboso, que preside D. Gustavo Ramírez Morales, ha confeccionado un extenso programa de actividades lúdicas y culturales para todos los públicos, del 13 al 28 de mayo, y que conservan un gran sabor tradicional y popular. Ejemplo de esto mismo es la «ranra», una suculenta invitación que los oferentes del Cristo sirven a todo el pueblo a base de zurra manchega y frutos secos tostados, además de otros productos de la tierra que se toman al ritmo del compás de pasodobles y jotas amenizados por la Banda de Música local, gran protagonista de estas fiestas tan queridas por todos los toboseños.


Para consultar toda la programación aquí. Cortesía Web Ayuntamiento de El Toboso.

FOTO:

© Hermandad Cristo de la Humildad, 2016

© https://www.facebook.com/mayte.martinez, 2016

© tuvidaenfoto, 2016

001.- Portada y Cartel Pascua de Mayo 2016.

002.- Fiesta de San Isidro 2016. El párroco de El Toboso con agricultor homenajeado.

002-009.- Imágenes entresacadas del spot tv «Cristo de la Humildad 2016 El Toboso»

sábado, 23 de abril de 2016

IV Centenario Cervantes

«Cervantes y El Toboso»

Homenaje de la Parroquia de El Toboso al autor del Quijote en el IV Centenario de su muerte.


EL TOBOSO / 23 ABR ■ InfoParroquia.- Desde el año 2010, en el interior de la Iglesia Parroquial de El Toboso (Toledo), «la iglesia donde rezó Dulcinea», la seo toboseña ofrece a sus visitantes y turistas un atractivo itinerario informativo cuya razón es dar fe de los muchos elementos históricos y artísticos que atesora este majestuoso templo de mediados del siglo XVI, el edificio más antiguo y principal de la Patria de Dulcinea.

Ahora bien, la visita sería imperfecta si pasásemos de largo la estela de don Miguel de Cervantes Saavedra quien con su pluma e ingenio condujo a sus personajes literarios, Don Quijote y Sancho, hasta la misma Iglesia Parroquial de El Toboso que cada año es visitada por miles de turistas. 


Aquel episodio del capítulo IX de la II Parte del Quijote es hoy un ritual que se repite a diario. Unos, por motivos de fe, puesto que se trata de la Iglesia donde la feligresía toboseña concentra su vivencia religiosa; otros, atraídos por la averiguación literaria y el exquisito interés por saber si El Toboso es invención en la mirada de Cervantes o una inquietante realidad contenida en el libro más importante de la literatura universal, como así intentó comprobar Azorín en su Ruta de Don Quijote (1905).

Guió Don Quijote…

En la primera parte del ingenioso hidalgo Quijote de La Mancha, El Toboso es punto obligado de referencia, pero la acción nunca transcurre en nuestro pueblo. Muy diferente es el planteamiento de la segunda parte. En su tercera salida don Quijote altera la ruta de las dos anteriores con la intención de visitar en primer lugar El Toboso y encontrarse con su dama (II, 7). La visita es frustrante porque ni Sancho ni nadie conocen el palacio de Dulcinea (II, 8-10). Finalmente, el escudero logra salir de la delicada situación fingiendo que unas pueblerinas montadas sobre tres asnos son Dulcinea y unas damas principales de compañía que están transfiguradas bajo el efecto de un encantamiento. Esta artimaña será uno de los ejes sobre los que girará el resto de la novela.

¿Conocía Miguel de Cervantes El Toboso?

Guió don Quijote, y habiendo andado como doscientos pasos, dio con el bulto que hacía la sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que tal edificio no era alcázar, sino la iglesia principal del pueblo. Y dijo:
― Con la iglesia hemos dado, Sancho.

Varios autores especialistas en la vida de Cervantes afirman que tenía enlaces y conexiones de parentesco con varias familias ilustres establecidas en La Mancha. Concretamente, en nuestro pueblo de El Toboso vivió un tío suyo, «aunque hay quienes prueban que se trata del propio abuelo de Cervantes quien vivió en El Toboso y que está sepultado en la zona más próxima a la nave del evangelio», según pueden apreciar los visitantes y turistas que transitan esta zona en la visita pautada que recorre el interior de la que también es señalada como Catedral de La Mancha.


Algunos documentos de archivo local recogen la existencia de varias familias con el apellido Cervantes durante los siglos XVII y XVIII y según el archivo parroquial, se describe cómo en la parte más próxima a la nave central está enterrado el último de los Cervantes de El Toboso.

Por su oficio, agente proveedor de la Real Armada y más tarde alcabalero, Cervantes a pasó inexcusablemente por nuestro pueblo para cumplir con su cargo y visitar a su abuelo o tío o familiares. También su estancia en El Toboso le provocó diferentes atropellos y encarcelamiento, a la vez que le sirvió para crear la figura de la simpar Dulcinea.

Es decir, que, en su obra mayor, Cervantes utiliza el nombre de El Toboso con dos funciones, la parodia y la expectativa. Ahora bien, lo convierte en inmortal tal y como lo profetiza Don Quijote con sus palabras:

Dulcinea es principal y bien nacida; y de los hidalgos linajes que hay en el Toboso, que son muchos, antiguos y muy buenos, a buen seguro que no le cabe poca parte a la sin par Dulcinea, por quien su lugar será famoso y nombrado en los venideros siglos, como lo ha sido Troya por Elena, y España por la Cava, aunque con mejor título y fama (II, 32).

FOTO:

© Archivo Parroquia El Toboso, 2016

001.- Árbol genealógico de Cervantes

002.- Iglesia Parroquial, dos estampas de 1916 y 2015.