Mensaje Navideño de la
Parroquia "San
Antonio Abad"
de El Toboso (Toledo)
“El pueblo que caminaba en tinieblas vio una
gran luz.
Una luz ha brillado para los que vivían en el
país de las sombras” (Is 9,1)
“En medio de la noche brilló una gran luz”. Así de escueto es el relato
de Juan describiendo el misterio de la Navidad. Normalmente tendemos a
acercarnos al misterio tanto de Dios como al misterio de cualquier ser humano
desde el ruido apremiante de las palabras y olvidando el sosiego del que sale
al encuentro del otro desde el susurro del corazón.
Aquello que a pesar de “celebrarlo” cada año seguimos
sin comprenderlo y sin saberlo expresar, queda resumido en esas pocas palabras
nacidas de la experiencia de Dios. El apóstol Juan no sólo sabe quién es Jesús,
no sólo es capaz de dar muchos datos de Cristo desconocidos para la gran
mayoría de los mortales; Juan ha sido capaz de descubrir el misterio de Dios
porque ha aceptado la invitación a entrar en la intimidad de Dios; invitación , por cierto, que el Verbo
Encarnado sigue haciendo extensiva hoy a
cada ser humano.
A Dios o se llega por la senda del corazón o no se
llega a ningún sitio dando vueltas permanentemente en el círculo eterno de
nuestras limitaciones.
“Brilló una gran luz” que disipó la oscuridad. Disipó
la oscuridad exterior, aunque fuese sólo un momento y viniera acompañada de los
cánticos celestiales; y la oscuridad interior que está presente en cada hombre
en el que no habita Dios-luz. El papa Benedicto XVI no se cansa de repetir en
torno a estas fiestas de la Navidad el mismo mensaje: “Si Dios falta, falla la esperanza, nada tiene sentido”.
El misterio de la Navidad va unido a esa oferta
permanente de esperanza que da sentido a cada segundo de nuestra existencia;
revela que no sólo son valorables y dignas de aplauso las escasas genialidades
que somos capaces de hacer muy de cuando en cuando sino que vale la pena cada
segundo que hemos decidido entregar a Dios y desde Dios a los que Dios ha puesto
en nuestro camino. La Navidad no es sólo
un tiempo de efímeros deseos y propósitos que acompañamos con vinos espumosos y
grandes reuniones familiares. La Navidad es la ocasión de descubrir la luz que
Dios te invita a encender en tu vida y el momento de caer en la cuenta de la
oscuridad que estás empezando a dejar atrás.
Ya que salimos con luces al encuentro de Dios Niño
procuremos también poner luz y una sonrisa en cada obra maestra de Dios que es
cada uno de nuestros hermanos.
Feliz Navidad y la más grande de mis
bendiciones para todos y cada uno de los feligreses de esta Parroquia de san
Antonio, Abad, de El Toboso especialmente a los que por una razón u otra
sientan más cercano el zarpazo de la oscuridad.
Rvdo. D.
Juan Miguel Romeralo Santiago
Cura-Párroco